Algunos colaboradores del Estudio Herrmann & arquitectos asociados (EH&aa) lograron formar vínculos sólidos que trascienden la relación laboral
En los encuentros con amigos nunca falta el momento de la foto, de capturar esa ocasión de reunirse con la gente querida. Y así fue como arrancó el reencuentro laboral entre los socios de EH&aa –Fernando Herrmann, Bernardo Miguens y Hugo Fontán-, los ex colaboradores y los actuales.
Los elegidos para recordar su paso por EH&aa fueron Sebastián Urresti –Sebas-, Patricia Mezzadra –Pato- y María Leonor Fernández Barca –Maru-. La reunión fue el Estudio donde, entre charlas e historias, destacaron lo mejor de sus años compartidos.
La mejor publicidad es siempre la que se recibe de boca de un amigo. Por eso, cuando a Sebas un compañero suyo le recomendó que trabaje en EH&aa ni lo dudo: "Muchos de los que llegamos acá vinimos por recomendaciones de amigos, y nadie que te quiere te recomienda un lugar que no es bueno".
En coincidencia con Sebas, Pato también llegó por una amiga, y Maru, por un amigo de su novio. Para Pato y Maru este fue el primer trabajo, y el que les permitió aprender para después independizarse y trabajar por su cuenta.
"Estuvo muy bueno trabajar en el Estudio porque a Fer [por Fernando Herrmann] le gusta mucho la docencia y enseñar lo que no te enseñan en la facultad. Aprendí a trabajar. Y a tener siempre presente los beneficios para el cliente y la relación con los proveedores", resumió Pato sobre su experiencia.
Sebas, por su parte, agregó: "Aprendí cómo hablar con el cliente y cómo pararte frente a situaciones complicadas. Muchas veces algo que es una pavada al cliente le parece terrible, así que aprendí como poner eso a tu favor y usarlo".
"El Estudio Herrmann & arquitectos asociados fue perfecto para mi, porque es un lugar donde confían en vos, y no importa a qué hora llegues o te vas, lo que importa es que las cosas se hagan bien", dijo Maru sobre su experiencia.
Sebas coincidió con este comentario y agregó que siempre sintió que "podía hacer y tomar decisiones. Había mucha libertad y apoyo".
En lo que todos estuvieron de acuerdo sin dudarlo fue en destacar el excelente clima de trabajo. "El que te tocaba de jefe siempre tenía buena predisposición, no te pasaba la carga de la responsabilidad. La actitud jerárquica era de enseñar, y que mejores, y que tengas herramientas para abrir tu propio camino", describió Pato.
Sebas agregó que "la tensión siempre se manejo con tranquilidad". "Yo sabia que podía descargar la responsabilidad. Siempre hubo una muy buena relación con los proveedores, porque confían en Fer, Berni y Hugo, y saben que pase lo que pase las cosas se van a resolver", añadió.
"Con los proveedores la relación fue siempre muy amigable. Cuando estaba todo bien la relación era excelente, pero cuando no cumplían con algo se ponían muy firmes. Todo era color de rosas hasta que la obra no avanza. Pero son los mismos proveedores de toda la vida", aclaró Maru.
Cada uno destacó un aspecto del Estudio que les pareció fundamental. Para Sebas: "Hay muy buena toma de decisiones en los momentos clave". Y para Maru es "un estudio joven, flexible y fresco". Y agregó: "las cosas podían salir bien o mal, y eso era parte del trabajo. Había que sacar lo mejor de cada obra. Mis amigas siempre estaban agotadas de sus jefes y yo nunca me agote".
Por su parte, Pato destacó que siempre se remarcó que "la función del arquitecto es defender al cliente de lo que no conoce. Es una responsabilidad estar en el medio".
Entre los recuerdos de las obras, Sebas resaltó el trabajo en la Clínica Bazterrica, donde se demolieron dos columnas centrales para liberar la ochava: "Nadie creía que podían demolerla, cortaron dos columnas centrales. Fernando y Bernardo nos decían "quédate tranquilo, no pasa nada". Fue muy osado a nivel técnico. Yo solo no me hubiese animado a hacerlo. El día que lo hicieron no quería mirar de los nervios que tenia. Pero al final anduvo todo perfecto. Tuvieron mucha valentía para ejecutarlo".
Maru recordó que el momento del almuerzo era muy especial: "Los almuerzos siempre eran un momento importante. Eran el espacio para que cada uno cuente en qué andaba, y cómo estaba con sus cosas. Se hacía mucho hincapié en esto, y en que todos paren un rato para compartir", agregó.
Además, destacó el espíritu familiar del Estudio: "Yo conocí a toda la familia de los socios. La cenas de fin de año eran muy divertidas, estaba bueno compartir eso. Lo humano estaba por encima de las obras, y eso es una enseñanza en la vida más que en lo profesional".
Por otra parte, Pato resaltó "la honestidad, la dedicación, el esfuerzo, ir siempre de frente y muchas horas de trabajo. Berni [por Bernardo Miguens] siempre era el último en irse".
De sus 10 años ahí se lleva muchos buenos momentos: "Me enseñaron mucho como persona y como profesional. Me ayudaron a crecer y me dieron libertad para seguir mi camino. Siempre se alegraron por mi y vieron mi crecimiento como algo positivo". Y recordó que cuando rindió su último final se juntaron todos a comer pizzas y cervezas para festejar.
Sebas también resaltó el valor de su experiencia: "Profesionalmente me llevé personas que consulto por cualquier problema que no se cómo resolver, vengo acá y pregunto. Son para mi como el papá grande que te dice cómo resolver los problemas".
Cuando alguien se va de un lugar viviendo una buena experiencia, siempre queda grabado en la memoria. Y en alusión a esto Pato dijo: "Todos los que estuvieron acá en algún momento volvieron. Siempre te dan ganas de volver".
Por último, Maru resumió lo más importante de sus años en EH&aa: "Me llevé muchos amigos, de diferentes edades y ámbitos, con los que sigo en contacto. A mi me pasan cosas en la vida y pienso en ir al estudio y contárselas, y eso es lo que hago con un amigo. Cuando te pasa algo lindo y pensás en contárselo a alguien es porque con esa persona te quedó una marca".