Los Jesuitas en la Argentina

Los Jesuitas se afincaron en la provincia jesuítica del Paraguay, Córdoba; que comprendía los territorios de Argentina, Paraguay, sur de Brasil, Uruguay y sud este de Bolivia y Chile; en el año 1599.

Los Jesuitas se afincaron en la provincia jesuítica del Paraguay, Córdoba; que comprendía los territorios de Argentina, Paraguay, sur de Brasil, Uruguay y sud este de Bolivia y Chile; en el año 1599.

Perseguía dos objetivos educación y evangelización; en 1610 fundan el colegio Máxima una de las primeras universidades de latino América, que en 1613 se abre a toda la comunidad.

El conocimiento profundo de los objetivos perseguidos hizo que armaran unidades de producción agrícolas y ganaderas para financiar las obras y proyectos que requerían sus nobles fines. Es así como fundan las cinco estancias jesuíticas de Córdoba.

La manzana Jesuita de Córdoba está formada por el edificio del antiguo colegio universitario, el noviciado, la capilla doméstica, el consistorio de Monserrat, (colegio universitario para externos), y como integrando el conjunto la poderosa mole de la iglesia. La más antigua de la argentina que data del siglo XVII y fue construida por los arquitectos Bartolomé Cardenosa S.J. y Philippe Lemaire S.J. entre 1640 y 1676.

Fue la primera universidad de las colonias españolas del cono sur.

El estilo es barroco americano y la calidad de los profesionales de la hermandad aportó innovaciones tecnológicas en la construcción de este conjunto entre las que se destacan la bóveda de cañón de medio punto de la nave principal ejecutados en madera.

Es considerado Monumento Histórico Nacional en 1940 y Patrimonio Cultural de la Humanidad UNESCO en el año 2000.

En los comienzos de la colonización después de la segunda fundación de Buenos Aires no todos los colonos que venían a estas tierras lo hacían con el afán de enriqueceserse.

Hubo algunos grupos sociales o asociaciones religiosas que vinieron a afincarse y que le aportaron a la sociedad de aquellas épocas sus más preciados colaboradores. Afincaron en estos lares lo mejor de sus profesionales para equiparla, educarla y capacitarla.

Los Jesuitas en la Argentina son un buen ejemplo de ésto y si bien se conoce principalmente su capacidad evangelizadora y educativa fueron tan de excelencia los arquitectos que la compañía de Jesus envió a la Argentina para realizar las obras de la hermandad que finalmente fueron encomendados para las obras de otras congregaciones e incluso obras civiles y púbicas.
Un muy buen ejemplo son los arquitectos de los jesuitas destinaron al virreinato del alto Perú. Entre éstos tenemos que destacar a los arquitectos Bartolomé Cardenosa S.J. y Philippe Lemaire S.J. que entre 1640 y 1676 construyeron la manzana Jesuita de la ciudad de Córdoba y a Juan Krauss que proyectó la Iglesia de San Ignacio en Buenos Aires inaugurada en 1722.

Un hito destacado de ésta labor en Buenos Aires fue la del arquitecto Giovanni Andrea Bianchi (Andrés Blanqui), nacido en Lombardía Italia en noviembre de 1675
Inicialmente colaboró con la construcción de la primera catedral de Buenos Aires 1727; se derrumbaría en 1752, la finalización de la iglesia de San Ignacio consagrada en 1734.

Fue el autor del proyecto de la Iglesia de San Francisco, la del Pilar, la Merced, el Convento de las Catalinas original que luego fuera construido en la Calle de la Catedral (San Martín) en la manzana llamada “del Campanero” en el barrio de Retiro.

Junto con su hermano Jesuita Giovanni Battista Primoli participó del proyecto y la construcción del “Nuevo cabildo de Buenos Aires” que comenzara el 23 de julio de 1725.

Es importante mencionar como la obra de los Jesuitas en el Virreinato del alto perú y el Río de la Plata son hoy considerados Monumentos Históricos Nacionales y Patrimonios de la Humanidad.