El Antiguo Teatro Cristobal Colón
A fines del S XIX Marcelo Torcuato de Alvear, por ese entonces Intendente de la ciudad de Buenos Aires, impulsa la iniciativa de construir “El Nuevo Teatro Colón”, en remplazo del en remplazo del anterior que ocupaba en la actual Plaza de Mayo el predio en el que hoy ocupa el Banco de la Nación Argentina.
Memorias del Antiguo Teatro Colón
El lo que se conocía como “El Hueco de la Ánimas”, un cementerio, en 1805 el Cabildo inició la construcción del Coliseo Estable de Comedias que luego de muchas idas y venidas e incendios de pos medio en 1851 los rosistas reconstruyeron y techaron para organizar el gran baile en honor de Manumita la hija del Restaurador. Lo propio harían años después la gente de Urquiza para agasajar al caudillo entrerriano.
Una sociedad de accionistas integrados por el ingeniero Carlos Enrique Pellegrini, padre de quien fuera luego presidente, propuso levantar un teatro allí.
Alquilaron el predio por 25 años y construyeron allí lo que sería la primera obra en estructura metálica del Río de la Plata y fue bautizada como Teatro Cristobal Colón.
La primera velada del Colón fue durante la Gobernación de Justo José de Urquiza el 25 de abril de 1857 y se estrenó en Buenos Aires la ópera La Traviata de Giuseppe Verdi.
Una noche, furtivo, el poeta Estanislao del Campo irrumpió en la sala para componer los versos del Faust
La gente en el corredor,
como hacienda
amontonada,
pujaba desesperada
por llegar al mostrador.
Allí a juerza de sudar,
y a punta de hombro y de
codo,
hice, amigaso, de modo
que al fin me pude arrimar.
Cuando compré mi
dentrada
y di güelta... ¡Cristo mío!
Estaba pior el gentío
que una mar alborotada.
Era a causa de una vieja
que le había dao el mal...
-Y si es chico ese corral
¿a qué encierran tanta
oveja?
-Ahí verá: por fin, cuñao,
a juerza de arrempujón
salí como mancarrón
que lo sueltan trasijao.
Mis botas nuevas quedaron
lo propio que picadillo,
y el fleco del calzoncillo
hilo a hilo me sacaron.
Y para colmo, cuñao,
de toda esa desventura,
el puñal de la cintura
me lo habían refalao.
-Algún gringo como luz
para la uña ha de haber
sido.
-¡Y no haberlo yo sentido!
En fin, ya le hice la cruz.
Medio cansao y tristón
por la pérdida, dentré
y a una escalera trepé
con ciento y un escalón.
Llegué a un alto,
finalmente,
ande va la paisanada,
que era la última camada
en la estiba de la gente.
El Nuevo Teatro Cristobal Colón
A fines del S XIX Marcelo Torcuato de Alvear, por ese entonces Intendente de la ciudad de Buenos Aires, impulsa la iniciativa de construir “El Nuevo Teatro Colón”, en remplazo del anterior que ocupaba en la actual Plaza de Mayo el predio en el que hoy ocupa el Banco de la Nación Argentina.
El Teatro Colón de la ciudad de Buenos Aires es considerado uno de los mejores teatros del mundo. Reconociendo por su acústica y por el valor artístico de su construcción, su actual edificio cumplió 100 años en 2008.
Fue emplazado en donde antes ocupaba la Estación Parque del Ferrocarril Oeste
La licitación pública la ganó el empresario teatral italiano Angelo Ferrari de reconocida trayectoria en el ámbito, tanto en su país como en la Argentina. El proyecto fue encomendado el arquitecto-ingeniero Francisco Tamburini, también Italiano. Muerto éste en 1891 continuó con las obras su socio y mano derecha, el arquitecto Victor Meano, autor también del Congreso Nacional. Luego de algunas interrupciones por problemas financieros y tras la muerte de Meano en 1894 el gobierno encargó al belga Jules Dormal que termine la obra.
El teatro fue inaugurado el 25 de Mayo de 1908 con la ópera Aída de Giuseppe Verdi.
La sala principal en forma de herradura, cumple con las normas más severas del teatro clásico italiano y francés. La planta está bordeada por palcos hasta el tercer piso. Tiene una capacidad total de 2.478 localidades pero también pueden presenciar los espectáculos 500 personas de pie.
En 1902 las obras de municipalizaban y se iniciaban nuevamente, fue en esta época en la que se le encargó al escultor italiano Luis Trinchero la decoración interior y gran parte de la exterior.
Tantos cambios de mano y el plazo transcurrido en su construcción dieron por resultado un edificio que es fiel exponente de eclecticismo académico tan en boga en el Buenos Aires de aquellas épocas. Una comisión investigadora le preguntó a Vittorio Meano cuál era el estilo de la nueva obra del teatro Colón; éste contestó que “… el nuevo género, que no llamo estilo por ser demasiado manierato, quisiera tener los rasgos del renacimiento italiano, alternados con la distribución y solidez propias de la arquitectura alemana, y la gracia, variedad y bisarría de la arquitectura francesa….”. DEFINITIVAMENTE ECLÉCTICO

El ordenamiento vertical según el conocido esquema tripartito de basamento desarrollo y coronamiento que se expresan a través de las texturas y de los elementos de arquitectura, siempre de tradición clasicista, reafirma jerarquías espaciales.
Al principio el Colón funcionó como un teatro de temporada al que las compañías extranjeras traían sus producciones; fue en 1933 que el teatro se municipalizó en su totalidad y se convirtió en un teatro de repertorio que generaba sus propias producciones.
En este período y principalmente en 1972 el teatro tuvo dos importantes ampliaciones, la última de este período realizada por el estudio del Arq. Mario Roberto Avarez. estas obras más que duplicaron la superficie original generando a nivel sub suelo una ciudad oculta donde trabajan, músicos, sastres, escenógrafos, luthiers y un sub mundo de artistas y artesanos que dan vida a las obras que se representan cotidianamente en el escenario de más de mil m2 y 20 m de altura

Originalmente la cúpula que remata la sala estaba decorada por una obra del pintor francés Marcel Jambon, quien también había trabajado en la pera de París; deteriorada ésta por problemas de humedad se le encarga al pintor maestro Raúl Soldi que inspirado en un hecho similar protagonizado por Marc Chagall en la ópera Garnier, realiza la nueva pintura de la cúpula.
En 1989 el edificio fue declarado Monumento Histórico Nacional.
La historia de la construcción del teatro Colón encierra, entre sus muros, la vida trágica de sus autores, con muertes tempranas, violentas e inesperadas que sin duda han dejado, independientemente de sus cualidades profesionales y académicas, impregnado al teatro entre bambalinas sus espectros artísticos y desgraciados, como en una comedia u ópera trágica, que sin duda aportaron para convertir a este edificio en uno de los teatros más importantes del mundo.
Bibliografía
Gran Libro del Teatro Colón (arquitectura por Alberto G. Bellucci) Patrimonio Argentino (Teatro Colón la Gran Ópera Argentina por Sonia Terreno) Página oficial Teatro Colón (El Teatro historia).